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¿Sabes lo que es la responsabilidad afectiva? ¿Sabes qué implicaciones y beneficios tiene este término si se pusiera en práctica en todas las relaciones que mantenemos?


Hablemos sobre responsabilidad afectiva

A pesar de lo que pueda parecerte a primera vista, no se trata de algo que se practique exclusivamente en las relaciones románticas. Si quieres saber qué es la responsabilidad afectiva y qué beneficios puede traer a tu día a día, ¡sigue leyendo!

 

Qué es la responsabilidad afectiva

Empecemos por lo primero. ¿Qué es este término? ¿De qué estamos hablando cuando decimos que todos deberíamos ser responsables afectivamente?

La responsabilidad afectiva se basa en la creación de vínculos igualitarios, con consciencia de las consecuencias de actos propios y ajenos, y en la que se establece un importante ejercicio de la empatía.


💥 BONUS: Cómo ser responsable afectivamente.

 

Desde este modo de relacionarse, somos responsables de las emociones que generamos en los demás con nuestros actos y palabras. No en el sentido de llevarnos toda la responsabilidad de lo que ocurra en una relación, sino en el de la consciencia y el cuidado emocional.

La ausencia total de la de este rasgo puede dar lugar a formas de abuso emocional como el ghosting.


💥 BONUS: Formas de abuso emocional.

 

Los beneficios de la responsabilidad afectiva

Como hemos mencionado al principio, la responsabilidad afectiva nos sirve para crear vínculos en todo tipo de relaciones.

Recordemos que cuidado propio y ajeno no tiene por qué limitarse a una pareja romántica, sino que será beneficioso para cualquier vínculo que establezcamos. Nos ayudará a establecer patrones menos tóxicos con las personas de las que nos rodeamos, ya sean amigues, familiares o compañeres de trabajo.

De esta forma, los beneficios son realmente numerosos. Entre ellos, podemos destacar:

  • Desarrollo eficaz de la gestión de emociones.
  • Fomento de la empatía.
  • Disminuir los síntomas de la ansiedad al relacionarnos.
  • Dejar de vivir entre mentiras y encontrar coherencia en nuestros vínculos.
  • Desarrollo de nuestra capacidad para acompañar a nuestros seres queridos en momentos difíciles.
  • No sentirnos culpables por la forma en la que nos relacionamos.
  • Impulsar nuestro autoconocimiento en muchas áreas. Incluimos la esfera sexual, pues unos vínculos afectivos sanos con nosotres mismes nos ayudarán a querer conocernos más y mejor estimulando, por ejemplo, el deseo.

 

 

Algunos tips para mejorar la responsabilidad afectiva

Sabemos que, dicho así, la responsabilidad afectiva es algo muy deseable para todes. No solo nosotres mismes, sino para todas esas personas de nuestro alrededor. Así que… ¿De qué forma podemos alcanzar algún grado de este rasgo?

A continuación, os presentamos algunos tips para mejorar la responsabilidad afectiva:

  • Establecer diálogos de acuerdos. Si tenemos presente que todas las partes del acuerdo deben salir beneficiadas y lo menos damnificadas posible, estaremos teniendo en cuenta tanto nuestras emociones y nuestro bienestar, como el de les otres.
  • Trabajar en los errores propios. Ser conscientes de nuestros fallos nos harán tener más presente cómo ser responsables con las consecuencias de nuestros actos.
  • Fomenta la empatía. Trata siempre de comprender qué es lo que la otra persona está sintiendo. De esta forma, es posible que tú misme crees una guía sobre cómo es adecuado y cómo no es adecuado comportarse.
  • Sé consciente de que los demás no pueden leer tu mente. Debes comunicar aquello que deseas, sientes y quieres, para que los demás actúen contigo en consecuencia de tus emociones.
  • Trabaja la coherencia. Para mejorar la responsabilidad afectiva, debemos buscar el equilibrio entre aquello que damos y lo que recibimos.

 

Si quieres saber más sobre la responsabilidad afectiva, ¡cuéntanos qué aspectos te gustaría conocer en los comentarios! Además, si quieres trabajar esta forma de estrechar vínculos de forma terapéutica, no dudes en contactar al 615095769 o agendar cita con Montse Iserte: 

 

Montse Iserte – Doctoralia.es

Autora de la nota: Yolanda Carmona