Controlar la ira, ¿Cómo se puede llegar a conseguir? ¿Es necesario ir al psicólogo por esta situación? ¿Significa que tengamos algún tipo de problema relacionado con la salud mental? ¿De qué formas se puede hacer algo por enfadarnos menos o saber controlarlo mejor?
NOTAS CLAVE:
- La ira es una emoción adaptativa.
- El problema de esta emoción es cuando la ira aparece de forma desmesurada con respecto a los estímulos que la están provocando. O cuando aparece en un contexto en el que no debería estar sucediendo.
- Para controlar la ira entiende y analiza cuáles son sus causas y consecuencias. También puedes aprender técnicas de relajación.
Controlar la ira: consejos para lograrlo
Seguramente lo has sentido. Ese enfado que parece que se te comienza a coger en el estómago, e irradia una energía en forma de calor que se expande por tus extremidades. Lo habitual, es que podamos tener el control suficiente de nuestro cuerpo y nuestras acciones para solucionar ese estado emocional tan intenso de alguna forma. Otras veces, es mucho más problemático y no sabemos qué hacer al respecto.
Tratar de controlar la ira es un motivo realmente frecuente cuando una persona decide acudir a terapia psicológica. Esta emoción puede volvernos agresivos, puede significar que, en algún contexto, seamos peligrosos. Dado lo preocupante que puede llegar a ser esto, y la gran limitación con respecto a las relaciones sociales que puede provocar, era de esperar que fuese un motivo frecuente de consulta. ¿Cómo se puede controlar la ira? ¿De qué forma puede llegar una persona a manejar el enfado tan intenso que se siente?
Qué es la ira
La ira es una emoción adaptativa. Su función es la de recibir mensajes acerca de que nosotres o alguien/algo a quien/que queremos está siendo tratado de forma injusta, o le están haciendo daño, o le está ocurriendo algo que conlleva una connotación negativa… Sentirla nos prepara a tres niveles diferentes:
- Físicamente. Podemos estar en una situación en la que tengamos que actuar a modo de defensa o de ataque: se nos acelera el corazón, sudoración, tenemos más energía, estamos más preparades físicamente para actuar con fuerza.
- Mentalmente. A nivel cognitivo, nos ayuda a interpretar las situaciones.
- Conductualmente. Llevando a cabo o no esas conductas de ataque o defensa para las que nos hemos preparado.
El problema de esta emoción es cuando la ira aparece de forma desmesurada con respecto a los estímulos que la están provocando. O cuando aparece en un contexto en el que no debería estar sucediendo.
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Cómo controlar la ira
Controlar la ira puede ser un objetivo difícil de alcanzar si no tenemos una ayuda externa como puede ser la de un terapeuta. Cuando no somos capaces de actuar bien bajo esta emoción, es complicado establecernos límites a nosotres mismes y cumplirnos. Sin embargo, que tengamos la necesidad de trabajarlo y querer provocar determinados cambios en nuestra conducta, ya es una motivación enorme y puede ser el comienzo de ello.
Algunos consejos para aprender cómo controlar la ira son:
- Entiende y analiza cuáles son las causas que están encendiendo con tanta potencia esta emoción. Entender de dónde viene y qué estamos haciendo al respecto, puede ayudarnos a entender qué es en lo que nos estamos equivocando y tratar de idear un plan B de actuación.
- Exprésala, pero exprésala de una forma que sea adaptativa, que no ponga en peligro a nadie, ni si quiera a ti. Acumular y acumular diferentes episodios no te ayudará más que a explotar cuando llegue, como se dice, la gota que colma el vaso.
- Prueba técnicas de relajación. Puedes hacer ejercicio como el yoga, probar la meditación, ejercicios de respiración para lograr relajarte.
- Pide ayuda a un profesional de ser necesario.
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Autora de la nota: Yolanda Carmona