La violencia en la pareja también puede ejercerse de forma psicológica. ¿Cuáles son las conductas que pueden alertarnos? ¿Qué tipo de secuelas puede dejar este tipo de maltrato?
La violencia en la pareja
Existen muchos tipos de agresiones en las parejas. La violencia en la pareja de forma psicológica es una situación realmente peligrosa y a la que es necesario prestar atención. Este tipo de abuso puede tener unas consecuencias realmente perjudiciales en la persona que lo padece.
Hoy hablaremos sobre este tipo de violencia en la pareja. Veremos cuáles son algunas de las conductas que pueden ejercerse, cuáles son los perfiles habituales de las personas que abusan y qué tipo de consecuencias pueden tener las personas que lo padecen.
Definiendo la violencia psicológica en la pareja
La violencia psicológica en la pareja es una forma de abuso. La violencia psicológica no es una forma de conducta, sino un conjunto heterogéneo de comportamientos, en todos los cuales se produce una forma de agresión psicológica (Martos Rubio, 2008). Entre estos comportamientos, podemos encontrar situaciones de agresión, coerción, amenaza verbal, descrédito, deshonra, menosprecio, humillación, comparaciones destructivas…
Debemos atender que hay dos tipos de perfiles a la hora de ejercer la violencia psicológica, y es si se hace desde una perspectiva activa o pasiva:
- La forma activa de este tipo de violencia se refiere al uso premeditado de las agresiones, las amenazas verbales, etc. Son, por ejemplo, las humillaciones que una persona hace de su pareja, dejando abiertamente su intención de menosprecio.
- La violencia psicológica pasiva es aquella en la que la persona que agrede deja de prestar atención, por ejemplo. Este tipo de violencia no está especialmente dirigido a la pareja, sino que es más el tipo de abuso psicológico que se ejerce sobre menores que están al cargo, personas mayores, personas dependientes…
Se trata de un tema muy complicado y con consecuencias muy severas. Por ello, cuanto antes tengamos las herramientas necesarias para alertar que estamos en una relación de violencia psicológica, antes podremos reducir las consecuencias de esta situación. Este tipo de manifestaciones comienzan desde nuestras primeras relaciones afectivas de pareja. Se ha encontrado, a través de un estudio en población adolescente española, que el 13% de los chicos reconoce haber ejercido o intentado ejercer algún tipo de abuso psicológico en la pareja, y el 9,2% de las chicas reconoce haberlo sufrido alguna vez (Díaz-Aguado y Carvajal, 2011).
Conductas de violencia psicológica en la pareja
Son muchas las conductas que una persona que abusa psicológicamente de otra puede llevar a cabo. Es importante dar visibilidad a este tipo de conductas para que sepamos identificar en un momento temprano de nuestra relación qué es lo que está ocurriendo.
Algunas de las conductas de violencia psicológica en la pareja pueden ser:
- Control económico. Prohibición o críticas destructivas hacia el trabajo que realiza la persona abusada.
- Ridiculizar cualquier aspecto: desde la religión, los gustos, el género, hasta los valores o la ideología.
- Humillaciones, ya sea en público, en privado, o en ambas circunstancias.
- Ridiculiza, ignora o humilla las emociones y sentimientos de la persona abusada.
- Existen amenazas, ya sean dirigidas a la persona abusada, a sus familiares, hijes. Inclusive las mascotas.
- Obliga o manipula para que la persona abusada realice actividades o haga cosas que va en contra de sus principios
También podemos analizar algunas conductas de violencia psicológica en la pareja cuando la persona abusada no somos nosotres, sino alguien a quien conocemos:
- La persona abusada es excesivamente agradecida y complaciente.
- Aunque nos parezca que la persona está siendo controlada (que lo está siendo), elle dice estar siendo protegide, y afirma sentirse bien con ello.
- Le justifica a la persona que le agrede todas las conductas que han podido alertar a les presentes.
Consecuencias de la violencia psicológica
Existen numerosas consecuencias psicológicas de este tipo de agresión. Podemos destacar:
- Depresión.
- Ansiedad.
- Baja autoestima.
- Tendencia al aislamiento.
- Falta de asertividad.
- Problemas para gestionar las emociones.
- Trastorno de estrés postraumático.
- Dificultades para conciliar el sueño (insomnio) o dormir demasiado (hipersomnia).
- Miedo a la intimidad.
- Pensamientos suicidas.
¿Has pasado por una situación de abuso psicológico? ¿Conoces a alguien que esté sufriendo las consecuencias de este tipo de agresión? Si quieres contar con la ayuda de una profesional, estás en el lugar correcto. Puedes contactar con nosotres a través del 615095769, para escribirnos por WhatsApp o llamarnos. También puedes pedir cita con Montse Iserte directamente a través del siguiente enlace:
Autora de la nota: Yolanda Carmona