Libido bajo, ¿qué está pasando? ¿Estamos hablando de un trastorno sexual? ¿Hay algún tipo de problema orgánico? ¿O se puede tratar de una situación psicológica afectándonos?
Libido bajo: ¿Qué puede estar pasando?
La realidad es que vivimos en una sociedad en la que parece que lo más correcto es sentirnos hipersexualizades todo el tiempo. Se ha creado la idea de que cuanto más sexo tengamos, mejor nos sentiremos. E incluso que “la falta de sexo” nos crea problemas, por ejemplo, relacionados con el ánimo.
Esta es una de las razones por las que nos sentimos tan estigmatizades cuando comenzamos a ver que tenemos un problema relacionado con nuestras ganas de mantener relaciones sexuales o simplemente de relacionarnos con estímulos eróticos: que haya una gran diferencia entre el antes y después, puede hacernos sentir muy mal.
Hablemos sobre qué puede estar provocando que tengamos la libido bajo. ¿Cuándo podemos hablar de esto como trastorno? ¿Puede traer consecuencias más allá de lo relacionado con lo erótico o sexual? ¿De qué otros conceptos debemos diferenciarlo?
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Libido bajo: la falta de deseo sexual
Cuando hablamos de libido bajo, estamos haciendo referencia a que las ganas de mantener sexo y el deseo sexual han sufrido una variación hacia abajo –muy notablemente– en una persona.
¿Quiere decir eso que, si a una persona no se le apetece mantener una relación sexual, estamos en esta circunstancia? Por supuesto que no. No sentir deseo en momentos puntuales es completamente natural. Esta situación puede venir dada por muchísimos aspectos:
- Estrés.
- Ansiedad.
- Cansancio
- Cualquier tipo de problema: laboral, de pareja, familiar, etc.
Hablamos de libido bajo cuando está ocurriendo realmente un problema que afecta a la esfera sexual de la persona (lo anterior, no provocaría ningún tipo de malestar psicológico a la persona, más allá de la posible situación puntual). El trastorno sexual que da nombre a lo que socialmente decimos libido bajo es el deseo sexual hipoactivo.
Definiendo el deseo sexual hipoactivo
Esta situación se describe, en el contexto de la psicología y la sexología, como la falta de motivación por los estímulos sexuales y eróticos. Pero, ¿Qué quiere decir esto?
Cuando hablamos de “falta de motivación”, nos referimos a que ya no tenemos disposición o energía para dirigirnos a estos estímulos que antes, bien nos venían de forma automática, bien buscábamos de forma activa. Un ejemplo de estos estímulos pueden ser el hecho de tener fantasías, las ganas de masturbarse o simplemente el hecho de mantener relaciones sexuales.
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Libido bajo: algunas de sus causas
Las circunstancias que pueden estar detrás de la libido bajo, son muy variadas:
- Depresión.
- Efectos secundarios de algunos fármacos.
- Quimioterapia.
- Ansiedad y estrés de forma prolongada en el tiempo.
- Problemas de pareja (baja intimidad, historial de relaciones con dolor).
El grueso de las causas de los problemas de libido bajo se encuentran en las situaciones psicológicas. Así, aunque existen diversas causas orgánicas, como podrían ser los efectos secundarios de algunos fármacos o estar bajo un tratamiento de quimioterapia, la mayoría de casos de deseo sexual hipoactivo se relacionan con situaciones de tipo psicológico. Es por ello que la ayuda de una terapeuta especializada en sexología puede ser de gran ayuda para averiguar qué es lo que está ocurriendo y de qué forma se puede modificar.
Libido bajo. Diferenciando conceptos
Es muy importante saber diferenciar lo que es la libido bajo de dos otras dos situaciones diferentes para poder entender cuál es el problema que nos trae hoy por aquí. Estamos hablando de la disparidad en el deseo y la asexualidad. ¡Vamos a verlo!
Libido bajo o asexualidad
La asexualidad es una orientación sexual en la que no hay atracción sexual hacia las personas. Cabe mencionar que no se trata de una elección ni un problema psicológico. Es únicamente una orientación, como podría ser la heterosexualidad o la bisexualidad.
Esta orientación no debemos vincularla a la libido bajo ni al deseo sexual hipoactivo. Estas personas no están pasando por ningún tipo de problemática psicológica que haya reducido su deseo o la motivación por los estímulos sexuales/eróticos.
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Libido bajo o disparidad en el deseo
Otra circunstancia de la que debemos diferenciar el deseo sexual hipoactivo es de la disparidad en el deseo. Este concepto hace referencia a cuando, en una pareja, hay diferencia en cuanto al deseo que siente cada uno: uno de ellos quería practicar más sexo, mientras que la otra persona no.
Esta persona que no tiene necesidad de practicar más sexo NO es necesariamente alguien que esté pasando por un trastorno del deseo. Simplemente, puede ser que su deseo no sea tan activo y fuerte como el de la otra persona. Si lo que ha ocurrido es una variación importante en este, debido a problemas como la depresión o la ansiedad, entonces sí podríamos considerar el problema.
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Autora de la nota: Yolanda Carmona